Un amor entre un Chaebol y una actriz exitosa, ellos se enamoran mientras están en el extranjero parece una historia de cuento de hadas, pero su suerte se ve empañada por la desgracia.
Devilish Joy o Devilish Charm (título alternativo) trata sobre el heredero de Gong Ma-Sung (Choi Jin-Hyuk) de la Corporación Sunwoo y un genio especialista en nervios craneales que visita Vietnam en un viaje de negocios. Mientras se encuentra allí, se encuentra con Ju Gi-Bbeum (Song Ha-Yoon), una de las mejores actrices coreanas que se las arregla para terminar pérdida durante su programa de rodaje. Los dos se enamoran, pero Ma-Sung sufre de amnesia después de un accidente fatal en su camino a encontrarse con Gi-Bbeum en un destino prometido.
La noche de su futura reunión, se empaña la carrera de Gi-Bbeum y ella cae en desgracia, creyendo que el hombre que ama la ha dejado para siempre. Los dos se reencuentran tres años más tarde, Ma-Sung luchando contra el síndrome de Cinderella y Gi-Bbeum por su suerte, el hilo rojo del destino que existe entre ellos, los va enredando a ambos.
Su formulación es todo un retroceso a la década de 2000 y desprende un poco de esa nostalgia, pero se aleja de los rasgos de carácter típicos y las líneas de amor desordenadas. El amor entre nuestros clientes potenciales no tiene rival, ya que los personajes secundarios no empujan y sobrepasan sus límites, lo que permite que la línea principal del amor fluya de forma natural, todos los problemas se encuentran entre los principales protagonistas.
En este sentido, el espectáculo hace disfrutar de la relación que surge entre la diva actriz y el inmaduro primo que en este drama forman su propio amor sin causar un daño significativo a los protagonistas.
De hecho, a la mayoría de las personas no les importan las payasadas de Chaebol y probablemente no se esperaban, porque ¿qué familia rica está desprovista de planes de traición y maldad? Y el aspecto médico y comercial del espectáculo, vinculado con todo el drama familiar, no es un componente centralizado; juega lo suficientemente bien como para transmitir las luchas diarias de Ma-Sung y cómo su discapacidad mental, aunque invisible para la mayoría, pone en peligro su carrera y los frágiles lazos familiares.
Y esto probablemente hace que todo el ángulo de la amnesia sea mucho más soportable y digerible que los dramas con temática amnésica del pasado, ya que Ma-Sung no se afana y se revuelca en su estado mental fragmentado, incluso cuando se ha perjudicado a Gi-Bbeum. Intenta activamente corregir cualquier error que haya cometido y se niega a vivir en un estado de negación, aunque hace que su relación con Gi-Bbeum sea complicada.
Choi Jin-Hyuk es definitivamente fatalmente atractivo en esto y en el papel contrastante de lo que interpretó en Tunnel, que simplemente atestigua su variada gama en la actuación. Enfocados igual que la mayoría, con él la mayor parte del tiempo, no hay que dejar de lado a Song Ha-Yoon, quien hizo un gran trabajo al equilibrar a un personaje que ha sido reciclado y reutilizado en numerosas ocasiones.
El personaje femenino tiene algo en su presencia en pantalla que hace que quieras darle un pase y un sello de aprobación, porque su personaje es mucho mejor que las mujeres que gritan y que han arruinado dramas con sus gritos o sus sollozos excesivos. Gi-Bbeum como personaje es convincente y atraviesa lo peor que podría formarse, pero existe la sensación de que algo anda mal.
El ritmo de varias escenas cuando se trata de tramas y conspiraciones contra Ma-Sung y Gi-Bbeum, no es del todo lento. Para el material de la sustancia del drama y los problemas que desea abordar, el ritmo ha sido constante y hace que el drama sea fácil de mirar, simplemente tiene momentos en los que debería más rápido, dando las revelaciones más pronto que tarde. Sin embargo, desde el primer momento la química ha sido impecable, por lo que le debemos dar crédito a los actores por hacer que sus interacciones valgan la pena, dando a este espectáculo un cierto brillo cada vez que están en la pantalla juntos.
Describiendo este drama, podría decirse que es una marca registrada de la escena dramática coreana y comprueba la mayoría de las cosas que asociarías con ser 'típicamente' un K-drama. Con un hombre alto y guapo, inteligente y una mujer que se deja arrastrar por su amor predestinado, es un dulce romance contra el tiempo y los recuerdos que se desvanecen.
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